Luego de finalizar un Proceso de Participación Ciudadana Anticipada, la Empresa Portuaria San Antonio (EPSA), en Chile, ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del Puerto Exterior, iniciativa que contempla una inversión de US$3.500 millones de y que busca la construcción y operación de dos nuevos terminales portuarios que ampliarán  la capacidad de transferencia de carga hasta llegar a movilizar un total de 6 millones de TEUs al año, aumentando a más del doble la capacidad de transferencia de la región de Valparaíso. Asimismo, estarán habilitados para atender naves portacontenedores de última generación de 400 metros de eslora, que actualmente no pueden arribar en ningún puerto de Chile.

No obstante, según diversas organizaciones, el período de 10 años de construcción que implicaría la magnitud del proyecto significaría diversos impactos ambientales y socioeconómicos para la comunidad, informó El Desconcierto.

En el EIA del proyecto se reconocen 13 impactos significativos específicos. Entre ellos se encuentra la afectación a la actividad socioeconómica de la pesca por la construcción de las obras portuarias en las caletas Pacheco Altamirano, Puertecito y Boca del Maipo.

El asesor técnico y representante de sindicato de pescadores artesanales de la Caleta de Boca del Río Maipo, Milko Caracciolo, comentó que para ellos el proyecto no es nuevo, puesto que como sindicato de pescadores se vienen oponiendo a él desde hace más de 12 años. «El proyecto va a destruir la playa de Llolleo, la cual entrega más del 80% de los ingresos de los más de 150 pescadores artesanales de la zona, descendientes de la cultura Bato, la cual es la única caleta del país con autorización para la pesca chinchorro», explicó.

Asimismo, dijo que la dimensión de las obras implica eliminar la zona más productiva que tiene la Caleta Boca del Maipo, la cual «produce 80.000 kilos de alimentos frescos, sanos y de calidad para consumo interno de la población local».

Caracciolo reconoce que un proyecto de expansión portuaria puede ser compatible, pero no en el extremo que propone la empresa. «Desde un comienzo EPSA ha sido reacia a conversar con la comunidad local y solamente proponer un desarrollo portuario de gran escala. Van a dejar sin borde costero a San Antonio, sin acceso a la orilla de mar».

En cuanto a los impactos ambientales, el EIA reconoce la pérdida de hábitat terrestre y acuático en las Lagunas de Llolleo, la pérdida de suelo marino y la afectación de comunidades bentónicas submareales.

El proyecto de ampliación del Puerto San Antonio contempla el levantamiento de un murallón rompeolas de 1,3 km, que se situaría justo en la ribera norte de la desembocadura del humedal río Maipo, lugar declarado como zona protegida por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad en noviembre de 2019 y que constituye el hábitat 180 especies de aves, que representarían alrededor del 34% de la avifauna nacional. Este hecho fue mencionado en el EIA, pero debido a que todavía no se publica el decreto en el Diario Oficial que formaliza la creación del Santuario de la Naturaleza humedal río Maipo, éste no fue reconocido como área protegida en el estudio.

El biólogo y director ejecutivo de la Fundación Cosmos, institución que trabaja con la Municipalidad de Santo Domingo en la gestión y manejo del Parque Humedal Río Maipo, Diego Urrejola, sostuvo  que «si bien formalmente todo eso es cierto, ya que efectivamente el decreto que crea el legalmente el santuario aún no aparece, para nosotros como fundación habría sido interesante que el proyecto incorporara el santuario como área protegida, ya que eventualmente el trámite ambiental del proyecto va tener que incorporarlo cuando salga el decreto».

«Lo que nosotros estamos haciendo con el expediente es reunir la mayor cantidad de antecedentes para presentarlos en el periodo de observaciones y velar para que el lugar se constituya como un sitio de conservación, por lo que haremos todas las observaciones necesarias para que el proyecto portuario lo incorpore como tal», añadió.

Asimismo, manifestó que «hay que evaluar si las medidas de compensación propuestas sirven o no, y si cumplen el objetivo de compensar». Y agregó que en caso de que no fuese así tendrán que tomar todas las acciones necesarios que eso no ocurra.

Por su parte, Puerto San Antonio destaca que solo en la etapa de construcción se generaría un promedio de contratación directa de 1.100 trabajadores, llegando a un máximo cercano de 2.200 trabajadores en el período de mayor demanda. Sin embargo, Caracciolo indica que el proyecto es altamente tecnificado y robotizado, por lo que la generación de empleo sería reducida y que para la fase de construcción gran parte de la mano de obra no sería local. «Las obras de construcción se licitan y cada empresa constructora viene con sus trabajadores, como paso con la construcción del hospital de San Antonio, donde más del 70% de los trabajadores no eran personas de San Antonio», concluyó.

Por MundoMaritimo

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