El transporte marítimo es el alma del comercio mundial. Los contenedores simples, modulares y trazables, transportan casi una cuarta parte de todo el comercio marítimo sólido en peso, y prácticamente el 100% de los productos cotidianos como televisores, juguetes y ropa. Permiten el movimiento puerta a puerta de la carga a través de camiones, trenes, buques y puertos, y han hecho que el transporte sea más económico y fácil que nunca, para el enorme beneficio de los consumidores, plantea Mckinsey & Company.
De acuerdo a la consultora esto no cambiará: millones de contenedores continuarán moviéndose alrededor del mundo, pero la industria detrás del transporte de contenedores tiene una buena cantidad de desafíos. Por ejemplo, financieramente el negocio se ha vuelto precario y solo unos pocos actores han encontrado una receta para la creación de valor sostenido.
Además de las presiones financieras inherentes, la industria también está sintiendo una serie de fuerzas externas disruptivas como la automatización, la digitalización y un panorama económico y político global cambiante. Existe una gran incertidumbre acerca de dónde provendrá el valor en el futuro: ¿Será a través de la economía de escala, la flexibilidad, la integración y predictibilidad de la cadena de suministro, la productividad, el desempeño ambiental o desde alguna otra parte?
Para ayudar a navegar en los cambiantes tiempos que se avecinan, TT Club y McKinsey emprendieron un proyecto de investigación conjunta: El informe “Brave new world? Container transport in 2043”, donde se proponen cuatro posibles versiones del futuro, basadas en diferentes respuestas a algunas de las incertidumbres y en las que se planteó qué significan para la industria.
Escenarios posibles
La disrupción digital representa un mundo en el que los nuevos entrantes- start-ups y empresas de e-commerce- utilizan tecnología digital, datos y análisis para optimizar la cadena de valor de extremo a extremo, lo que afecta a los actores establecidos.
La reinvención digital contempla la transformación de la industria mediante la innovación digital, pero dirigida agresivamente por los actores actuales. En este futuro, los titulares se transforman con éxito para ofrecer nuevos servicios de valor agregado a sus clientes.
La tercera ola de globalización prevé un mundo de crecimiento continuo y rápido del comercio. Asume que las economías emergentes, como India y África, se dan cuenta de su potencial de fabricación y exportación, con las cadenas de suministro globales suavizadas por los avances digitales.
El «peak container» y la consolidación representan una historia comercial más oscura. Imagina un futuro de guerras comerciales y tensiones geopolíticas, en el que el comercio internacional está en declive. La industria se ve obligada a consolidarse.
Prepararse en detalle para obtener resultados contrastantes en cada escenario pesaría, incluso, sobre las empresas más ágiles. Pero aquellos que todavía pueden actuar ahora para volverse flexibles, lograrán adelantarse al cambio en cualquier dirección que tome el futuro.
Por ejemplo, los actores del negocio deben prestar mucha atención a las cambiantes dinámicas en torno a los consumidores finales, cuyas expectativas y demandas se modifican radicalmente a medida que el e-commerce irrumpe en la logística minorista y de última milla.
Además, deben construir la disciplina organizacional para monitorear los «puntos gatillo» en busca de los diferentes escenarios futuros. Y, por supuesto, no deben demorarse en digitalizar y automatizar sus procesos radicales radicalmente. Estos son movimientos que no causarán arrepentimiento y que servirán de todas formas a los actores sin importar el futuro. MundoMarítimo, entregará en sus próximas ediciones, aspectos detallados de este interesante informe.
Por MundoMarítimo
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