Diversos países se esfuerzan por disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, este esfuerzo en el plano naviero es impulsado por la Organización Marítima Internacional (OMI), que constantemente apunta a perfeccionar las normativas que apuntan a promover la reducción de emisiones por parte de los buques, he cho que como consecuencia implica la inversión en tecnología y la realización de una serie de ajustes en los sistemas de navegación.
El capitán de Navío LT y jefe del Departamento de Asuntos Internacionales de Directemar, Manuel Cofré, mencionó que es muy lógico desarrollar este tipo de iniciativas, porque los buques ocupan petróleo para movilizarse, lo que provoca enviar al medio ambiente una serie de contaminantes propios de la combustión.
“Por esta razón, se están barajando tomar diferentes medidas tales como: cambiar el tipo de combustible a uno que posea menor cantidad de azufre, así como también reducir la velocidad en los viajes de los buques para no gastar tanto petróleo, además se está analizando la posibilidad de aplicar tecnología en la construcción de los busques, y de esta manera hacer más eficiente el uso de combustible”, explicó Cofré.
Todas estas medidas son parte del análisis en la OMI, por lo cual Chile y otros países del mundo están tratando de consensuar y llegar a un acuerdo beneficioso, tanto para la marina mercante como para el medio ambiente.
Cofré, menciona que el mercado marítimo es amplio y por ello se deben considerar todas las opiniones, “porque si tomamos en cuenta uno de los puntos, aquel que habla de disminuir la velocidad de los buques al navegar, visualizamos de inmediato que esto afecta directamente en los tiempos de viajes y ello implica un costo, ya que son más días de navegación”, añadió.
Análisis
En Chile existe una mesa de trabajo que está analizando esta temática, de la cual participan la Autoridad Marítima, los Ministerios de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores, la Dirección de Economía, la Asociación de Armadores y la Cámara Marítima, quienes en conjunto están acordando una postura país sobre la temática; para que una vez que se tenga claridad sobre la propuesta sea presentada ante la OMI
“A raíz de esto, es importante también sumar países que tengan una visión parecida a la de nosotros puesto que poseen condiciones similares, como aquellos en vías de desarrollo que están tanto en Latinoamérica como en África y Asia, para en conjunto lograr que esta norma se vaya aplicando paulatinamente y tener el tiempo necesario para hacer las conversiones pertinentes”, manifestó el capitán de Navío.
El abordar la aplicación de este tipo de normativa es importante para todos los países del mundo, sin embargo se hace relevante considerar las implicancias económicas que esto tiene y así no afectar a ningún sector. Siendo este el objetivo de las mesas de trabajo, las cuales se vienen desarrollando hace dos años en la OMI y desde el año pasado en Chile.
“Las consecuencias de la aplicación de esta normativa involucrara costos, los cuales pueden bordear los cientos de millones de dólares, aspecto que probablemente obligaría a Chile a quedar fuera del mercado y perder competitividad; por ello es importante buscar un consenso y una aplicación en tiempos razonables”, puntualizó Cofré.
Sin duda los armadores están muy involucrados en este proyecto normativo, por ello el gerente General de la Asociación Nacional de Armadores, Ricardo Tejada, mencionó que “es importante destacar que el trasporte marítimo es el que menos contamina, pero sabemos que hay que seguir mejorando. Sin embargo, debemos tener mucho cuidado a la hora de discutirla, ya que obviamente implica costos de inversión en nuevas tecnologías, los cuales no son fáciles de implementar considerando la crisis del sector que arrastramos desde el año 2009, por lo que si esta norma comienza a regir prontamente conlleva cambiar el tipo de buques que tenemos hasta hoy”.
Por esta razón, Tejeda, menciona que no está en contra de la aplicación de este tipo de normas, pero enfatiza en que es necesario que se realice paulatinamente y considerando a todos los actores del mundo del transporte marítimo, porque para algunos países no será complejo, pero para otros como Chile sí. “Hay que buscar la manera de llegar a un consenso y lograr que la normativa sea un bien para todos, sin afectar a las navieras al aumentar sus costos de operación”.
Por MundoMarítimo
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