Las consecuencias económicas de las restricciones comerciales y cuarentenas impuestas por el coronavirus ayudaron a reducir la inversión en la construcción naval a su nivel más bajo de los últimos 11 años en el primer trimestre. Grafican lo anterior la práctica detención de astilleros asiáticos y la abstinencia de los armadores de concretar órdenes a medida que la demanda mundial de bienes disminuía, informó Wall Street Journal.

«La actividad de contratos (de construcción) fue extremadamente limitada en el primer trimestre de 2020, y el impacto económico del brote de Covid-19 afectó negativamente la confianza de los inversores», evaluó el 27 de abril Clarkson PLC en su informe mensual World Shipyard Monitor.

Clarkson aseguró que 100 buques de todo tipo fueron encargados en los tres primeros meses de 2020 por un valor de US$5.500 millones, un 71% menos que en el primer trimestre del año pasado y el total más bajo desde el segundo trimestre de 2009. Los astilleros chinos recibieron 55 pedidos en el trimestre y los surcoreanos 13, lo que representa una caída del 50% y el 81%, respectivamente.

Igualmente estima que las órdenes sigan disminuyendo a medida que se profundice el descenso global del comercio, y que el número de pedidos globales disminuya un 26% este año. «La continua escalada del brote de coronavirus es probable que tenga un grave impacto en el potencial de órdenes de nuevas construcciones en 2020», proyectó.

En el informe se señala que el comercio marítimo, que asciende a unos 12.000 millones de toneladas métricas, se contraerá en 600 millones de toneladas métricas este año, la mayor caída en más de 35 años. Prevé, además, que el comercio global de bienes transportadas vía marítima se reducirá un 5,1% en 2020 con respecto al año pasado, en comparación con la disminución anual del 4,1% durante la crisis financiera de 2008-09.

La disminución de los pedidos afecta a todos los tipos de buques, desde los portacontenedores que transportan bienes manufacturados del mundo hasta en los costosos buques de gas natural en los que los astilleros surcoreanos y chinos habían depositado sus esperanzas de crecimiento este año.

Las órdenes de buques de graneles y petroleros también se están agotando, aunque China está reanudando las importaciones de commodities y los comerciantes de energía están reservando buques tanque para almacenar petróleo a causa del colapso de los precios del crudo.

El lapso comercial afectará directamente a los astilleros surcoreanos y chinos que controlan alrededor de la mitad de la capacidad mundial de construcción naval, según VesselsValue.

Los astilleros surcoreanos HHI. y DSME se están fusionando, al igual que China Shipbuilding Industry Corp. y China State Shipbuilding Corp., consolidaciones emprendidas para ayudar a racionalizar las operaciones y reducir los costos en medio de la disminución de órdenes en los últimos tres años.

Sector GNL

Los astilleros estaban haciendo más espacio para construir buques de gas natural licuado, que cuestan alrededor de US$180 millones cada uno, unas tres veces más que otros tipos de buques, y generaban márgenes de beneficio que eran al menos dos veces más altos que los de otros buques.

«Entonces el virus golpeó y el fondo se cayó», dijo un alto ejecutivo de la Asociación China de la Industria Nacional de Construcción Naval, el organismo comercial de astilleros estatales de China. «Son malos tiempos, así que tenemos que atraer pedidos. Dependiendo del cliente y del tipo de buques, los astilleros chinos ofrecerán hasta un 20% de descuento en los nuevos pedidos».

El mercado del GNL estaba en auge antes del brote de coronavirus, principalmente por la demanda de China e India, que están recurriendo al gas en lugar del carbón para la generación de energía y la calefacción.

Clarkson aseguró que el portafolio global de buques tanque de GNL en el primer trimestre se situó en 2.915 buques, el recuento más bajo desde 2004, cuando el mercado del gas natural era una fracción de lo que es ahora.

Además, las restricciones de viajes (aéreos) también están retrasando las órdenes, ya que los ejecutivos de las navieras no pueden reunirse con los ingenieros de los astilleros para el trabajo detallado que se realiza en la planificación de las especificaciones de los buques. «Tenemos un buque de graneles y un pequeño portacontenedores ordenados que ya tienen un mes de retraso y no podemos enviar a nuestra gente a China para comprobar el progreso del trabajo», aseguró un armado indonesio. «¿Cómo puedes comprar un buque cuando no puedes estar en el astillero para asegurarte de que se está armando correctamente?»

Clarkson aseguró que los astilleros chinos que habían suspendido el trabajo en febrero bajo las restricciones del coronavirus ordenadas por Beijing, en su mayoría habían reanudado la producción a mediados de marzo. Pero las entregas pueden retrasarse porque las piezas críticas como los sistemas de navegación proporcionados por los proveedores europeos se han retrasado, y algunos armadores están tratando de retrasar los pagos.

Por MundoMarítimo

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