El volumen de las importaciones en los puertos de la región del Biobío, en sur de Chile, especialmente en Terminal Portuario San Vicente (SVTI), ha aumentado, lo que ha significado un incremento importante en el número de inspecciones por parte del Servicio Agrícola Ganadero, pasando de unos 70 contenedores mensuales a 366 en julio.
«Este año y especialmente las últimas semanas creció considerablemente la inspección de hortalizas y frutas, pasamos de 843.000 kilos el año 2020 a 3.472.000 kilos estos primeros siete meses, destacando los ingresos de plátanos, ya que durante el 2020 se autorizó el ingreso de 255.000 kilos y este año ya hemos inspeccionado 2.421.000 kilos. Este incremento es importante para nuestra región, lo que nos posiciona como un punto de entrada de distintos productos que llegan al país, contamos con la infraestructura portuaria y las capacidades técnicas y humanas para realizar esta labor”, Iván Ramírez, director regional del SAG de Biobío.
También relevó el aumento en la inspección de unidades de flores como lilum, tulipanes y peonías, pasando de 7.900.000 unidades el año 2020 a 15.900.000 unidades el 2021. En el caso de la importación de alcoholes también se registró un incremento importante, ya que a la fecha se ha autorizado el ingreso de 2.200.000 litros, cifra superior a los 1.200.000 litros inspeccionados el 2020.
Mientras que en los productos pecuarios destacan las importaciones de lácteos, principalmente mantequilla y quesos, pasando de 174.000 kilos el año pasado a un millón de kilos este año. Los productos cárnicos como carne de ave y cerdo también registraron un aumento, ya que el 2020 se autorizó el ingreso de 1.170.000 kilos, alcanzado este año más de 1.200.000 kilos.
Otros productos relevantes que ingresan por los puertos de la región son las semillas de lolium, entre otras especies; plaguicidas y fertilizantes, las que este año a la fecha alcanzan cifras similares a las importadas durante todo el 2020.
Otros bienes de importancia fitosanitaria inspeccionadas por el SAG son las maquinarias usadas, partes de vehículos, ropa y juguetes usados, las que este año ya alcanzan las unidades fiscalizadas el año 2020.
«Nuestro país tiene una excelente condición sanitaria, la que nos permite exportar nuestros productos a distintos mercados, por ello es importante la labor que realizan nuestros funcionarios en los puntos de ingreso, ya que ahí verificamos el cumplimiento de la normativa chilena para las importaciones de productos y subproductos de origen vegetal y/o animal, así como insumos para la agricultura, alimentos para animales o medicamentos veterinarios, la que estipula una revisión documental y luego una inspección de los productos, lo que nos permite verificar que las mercancías que se importan estén libres de plagas y enfermedades ausentes en el territorio nacional”, destacó Ramírez.
Por MundoMarítimo
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