La Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) ha luchado por la liberación de los 19 marinos abandonados en un granelero del registro de buque de Palaos frente a las costas de Irán y luego en las costas Kuwait desde julio de 2019, reporta Lloyd’s List.

Los marinos, en su mayoría de la India, iniciaron una huelga de hambre a principios de este año porque sus peticiones de salarios adeudados, repatriación y provisiones se habían prolongado. La tripulación abandonada del granelero «Ula» (OMI: 8102414), de propiedad qatarí, ha sido autorizada a regresar a casa tras su calvario de dos años, en el cual el propietario del buque dejó de pagarles los salarios y de suministrarles artículos de primera necesidad, como alimentos, agua y combustible.

El buque, de 39 años de antigüedad y de 37.227 dwt, al momento de ser abandonado, transportaba un cargamento de clinker. Originalmente llevaba 25 marineros a bordo. Algunos miembros de la tripulación enfermaron y, en ocasiones, sólo había alimentos suficientes para una comida al día, según declaró la ITF en un comunicado.

Frustrados por la falta de progreso en el caso, seis miembros de la tripulación desembarcaron y volaron a casa sin salario en octubre de 2020. A principios de este año, el resto de la tripulación se puso en huelga de hambre en un intento de llamar la atención sobre su difícil situación.

Récord de abandonos

Los casos de abandono alcanzaron un récord el año pasado con 85, más del doble que en 2019, según la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que gestionan una base de datos conjunta. Los casos involucraron a cientos de marinos.

En virtud del Convenio sobre el trabajo marítimo, un Estado de abanderamiento tiene «claras obligaciones de garantizar la repatriación de la tripulación a la conclusión de sus contratos, y debe intervenir para hacerlo él mismo si el propietario del buque no lo hace», dijo la ITF.

En este caso, la ITF «planteó repetidamente la falta de provisiones y los salarios adeudados, pero no se tomó ninguna medida», afirmó el coordinador árabe del sindicato, Mohamed Arrachedi. «Palau no apareció por ningún lado».

Un portavoz del Registro Internacional de Buques de Palaos (PISR) dijo que «asumía sus responsabilidades con seriedad y trabajaba dentro de un marco legal para resolver el problema de la tripulación».

La OMI celebró siete videoconferencias entre julio y octubre de 2020 con representantes de la ITF y del gobierno de Palaos, según el PISR.

En una reunión celebrada a principios de septiembre de 2020, se acordó que Palaos debía «emitir un certificado de supresión y declarar al buque apátrida» para permitir que Kuwait, como Estado rector del puerto, interviniera y dejó de participar en las reuniones posteriores «a petición de los participantes en las convocatorias, ya que ya no tenía ninguna jurisdicción sobre el buque».

Aunque los marinos ya han sido repatriados con la ayuda del gobierno indio, el caso no ha terminado, ya que se han iniciado procedimientos legales para tratar de recuperar los muchos meses de salarios adeudados a los 25 tripulantes, dijo Arrachedi.

Las autoridades kuwaitíes han intentado subastar el buque. «Incluso si el buque se vende a buen precio y se devuelven todos los salarios a estos marinos, ¿cuál es el costo humano? ¿Cuál es el precio de este trauma?», añadió.

Añadió que el caso de «Ula» se había convertido en uno de los «más notorios» relacionados a la esclavitud moderna. «En primer lugar, tenemos a un empresario que oculta su verdadera identidad y propiedad en las ridículas sombras corporativas que permite el sistema de banderas de conveniencia, para poder desprenderse de una tripulación y no tener que afrontar las consecuencias financieras y legales de esa decisión», dijo.

«Entonces, tenemos un fracaso del Estado de abanderamiento, que bien podría ser una bandera de conveniencia», sostuvo Arrachedi, quien agregó: «Palaos, al igual que otras banderas que son populares entre los armadores deshonestos, no hacen cumplir las normas que se supone que deben mantener en virtud del MLC [Maritime Labour Convention]».

La ITF dijo que era hora de limpiar este «sistema tóxico de banderas para la venta». El preocupante aumento de los casos de abandono refleja «un incremento general de los abusos de los derechos de la gente de mar», afirmó por su parte el coordinador del cuerpo de inspectores de la organización, Steve Trowsdale, y añadió que se trata de una tendencia que «los reguladores del Estado de Abanderamiento no están abordando».

«Algunos Estados de Abanderamiento no han garantizado que los armadores de los buques cumplan con sus obligaciones, tal y como se definen en el MLC, y que, en caso necesario, se hagan cumplir mediante acciones. El hecho de que estos Estados de Abanderamiento no hayan hecho su trabajo ha contribuido al aumento de los abandonos que estamos viendo», afirmó. «Está claro que los armadores deshonestos creen que pueden salirse con la suya, y demasiados lo hacen», agregó.

El coordinador afirmó finalmente que los Estados de Abanderamiento tienen el deber de garantizar que los marinos empleados y que prestan servicio en los buques que enarbolan su pabellón disfruten, como mínimo, de las prestaciones y protecciones previstas en el MLC.

Por MundoMarítimo

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